Compartir vivienda puede ser una opción de vida independiente para personas autónomas que precisen de apoyo en las actividades básicas de la vida cotidiana ya sea mediante complementar las capacidades de las distintas personas para apoyarse mutuamente, emplear la figura de asistencia personal o gestionar un servicio de apoyo a la dependencia en común para varias personas. Muchas de estas fórmulas se han dado a conocer a través del Cohousing, una fórmula habitacional aún minoritaria y poco frecuente basada en la participación en el diseño y en la autogestión del proyecto.
Existen otras alternativas para un proyecto de vida independiente. Cada persona, en función de su proyecto vital, sus capacidades y sus necesidades de apoyo, debería optar por aquella solución que la permita vivir de la forma más autónoma y digna posible.
Durante la crisis representada por el COVID19 en 2020 se ha puesto de manifiesto el riesgo para la autonomía personal y para la salud de algunos servicios residenciales, por lo que las viviendas compartidas y las viviendas con apoyo se presentan como una alternativa a estos recursos tradicionales para algunas personas.